Los primeros pasos.
Los arroyos y las Madres se unen. Ruinas del molino Feliche y calzada al fondo.
El agua de las quebradas del cerro de Los Molinos va dejando despacito a través de numerosas fuentes y acequias numerosos surcos de agua, manantiales que en otro tiempo alimentaron con su fuerza y persistencia los molinos de harina que se asentaban cerca de ellos, Molinos primeros, Feliche, Mísqueres ...
Es un agua limpia, rápida y culebreante, que van llenando las Madres camino del río Dúrcal, buena y fresca de beber, de riego para los cultivos, de hábitat de ánades y anfibios, de poco a poco, con la paciencia de los muchos, muchos años ir formando la Laguna y ese subsuelo negro de turba que le da ese color característico al tarquín que ya por el camino se nota por los fondos de las aguas.
El espacio es para todos, agua, turba, ánades, cultivos, personas, todos tenemos nuestro espacio, sólo quizás un poco de buena voluntad. La rentabilidad económica es importante, la naturaleza también, los animales y las plantas imprescindibles, las personas, personas... mucho más.
Laguna del Agia en la turbera y paseo hasta allí.
Las madres van cogiendo agua de todos los arroyos.
Agua, ánades, turba, vega, árboles, monte, canteras...
y .... Padul.
....Y cultivos también.
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