Tiene el Viernes Santo en Padul
algo especial, algo que ya desde muy temprano te hormiguea en el
estómago y te hace ver el día de forma totalmente distinta porque los Viernes
Santo en Padul son diferentes ya sea con nubes o con sol, con más o menos frío
o más o menos calor, el día es diferente sí, el día es diferente.
Hay cosas que no cambian, o
cambian poco: “ya vienen…mirad ya vienen…apartarse ya vienen los romanos”. Los
chiquillos siguen hoy como ayer esperando a que lleguen “los soldados romanos”
y yo diría que chiquillos y grandes pues hay cosas que con el tiempo pueden
cambiar, otras indudablemente no. La admiración que despiertan a su paso es
clara y evidente, el sonido de los tambores, el golpe de las picas, el brillo
de los uniformes, la marcialidad de su paso cuando hacen “la espiga”, cuando
hacen la “reverencia” a la cruz… “que ya vienen los soldados romanos”. Hablo
con Juan Peregrina, romano de muchos años, romano de corazón y me cuenta los
muchos que a lo largo de los años han
sido “romanos”. Me habla de los cabos que a lo largo del tiempo los han guiado
en el desfile hasta hoy: “Cano”, “el hijo de Jesús de la fuente”, “Paco el hijo
de Juan de Dios”, “Salvador de Molina”, “Paco risicas”, “Manuel lechón” que lo
fue a lo largo de muchos años, “Gabriel Rejón”, “Rafa Cuesta”, “José Cuesta”,
“Diego Loría”…. Y soldados…, han sido tantos y tantos los soldados que no
pararíamos de hablar.
Antes acompañaban “La Hermandad
del Señor” y al día siguiente les daban un dinerillo y una arroba de vino para que hicieran una
fiesta… y bien que la hacían. Hoy forman parte de la cofradía “de los pasos
vivientes” y acompañan “a las tres Marías y a los Nicodemus” en el traslado del
“Cristo yacente” siendo así que ya desde media tarde tras un recorrido
tabernario por algunas calles del pueblo, hoy con más tónica que vino, emulando
a los antiguos romanos, los de hace dos mil años, recogen el cabo y el portador
del estandarte a “las tres Marías” a que Encarnita Muñoz y marchan a casa de
Rosa de paulino para escoltar a los Nicodemus. Os aconsejo verlos en la calle
del cura, el paso entre las doce picas de los soldados bonito y espectacular.
Antes sólo iba un tambor, hoy
dieciséis y el sonido sigue siendo peculiar y único, el sonido “de los Romanos”. En ellos las cosas son
distintas y el ingenio hay que ponerlo en marcha si se quiere tener a punto
toda la indumentaria y se van buscar los
cascos en Motril, la coraza en Baena, las ropas en los talleres de costura de
Padul, los penachos hacerlos ellos mismos… todo es muy caro.
Ya no entran en la Iglesia y formar la Cruz al finalizar el recorrido, ésa costumbre se
perdió allá por los años ochenta puede que alguna loseta rota tuviera parte de
culpa y es que muchos sambenitos les han colgado a “los romanos” a lo largo del
tiempo, muchos y variados, que si retrasan la procesión, que son
indisciplinados, que si a fulanico le han dado con la pica… y alguno me imagino
que será verdad más yo diría que en estos casos nada es verdad ni es mentira…
que continúe la leyenda.
Han desfilado por los pueblos de
nuestro Valle de Lecrín, por el Norte de
Granada en Guadix, Baza y Caniles, en la
capital, en Archidona en muchos otros lugares de Andalucía.
Son los “soldados romanos de
Padul”… que procesionan los Viernes Santo en su pueblo y que aún hoy, época de
televisión, internet y videojuegos siguen levantando ésa ola de admiración y
simpatía a su paso… “Ya vienen… ya vienen los romanos”,
Todos vamos dando un pasito para
atrás, con un poco de recelo. Las picas pasan a nuestro lado cerca, muy cerca y
poco a poco desfilando a golpe de los tambores se marchan hasta otro año…”los
soldados romanos”.
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