jueves, 8 de abril de 2010

DESPERTAR


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Son las ocho de la mañana y el sol ha comenzado a iluminar, parpadeando sobre la nieve, el cerro de Los Molinos que frente al Manar se despereza intentando abrir los ojos sobre la niebla que desde la Fuente de La Salud al puente de Cozvíjar cubre con su manto blanco toda La Laguna. Es un manto bajo, que a los pies del Padul, como rindiéndole pleitesía, se inclina no queriendo ocultarlo a nuestra vista con la que recorremos desde El Olivarillo, las canteras de la Cuesta de la Casilla, El Aguadero y Marchena hasta topar con el imponente Caballo, blanco de nieve, coronado de amarillo en ésta hora temprana. La taza de café que todavía humea, el periódico recién comprado y una tostada de pan con aceite son mis mejores amigos en ésta mañana donde la neblina ya comienza a disiparse y va dejando ver los carrizales del Ojo Oscuro, los campos verdes de la Vega hasta el negro de las turberas. Hace fresco de rebeca abierta y manga larga, los silbidos de los pájaros se oyen alrededor y de fondo algún "rotobato" ara con paciencia cualquier finca de Las Viñas.
Entre la taza y la tostada termino de hojear el diario dando tiempo al tiempo antes de comenzar las primeras faenas del día que ya radiante se va imponiendo paso a paso y la actividad comienza a despertar en el pueblo atiborrándose de coches y motos con el ir y venir de los trabajos. Intento dar otro sorbo al café pero ya hace rato que se ha terminado.
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