En la carretera de La Malaha y muy cerca del polígono de Marchalendín, aún pervive uno de esos cortijos con sabor añejo, olor a grano y paja, suelos de tierra y barro, vigas de madera y patios de yuntas y labriegos.No es Frontilín hoy lo que fue más todo se vislumbra, todo se recuerda, se intenta vivir con todo aquello bueno de antes, ahora hay que hacerlo más fácil con aperos y maquinaria moderna, con naves de trabajo amplias y funcionales...pero...junto a ellas...el eucalipto y la alberca, sombra y refresco del trabajo... y la casa. Alrededor del patio viviendas para las personas, cobijo y cuadras para los animales, pesebres, cocinas, hornos y atrojes conforman el antaño y el hogaño de un cortijo de ahora, de antes, de siempre.
Por cierto....el día ...fabuloso ....los anfitriones ...geniales ...la comida ...deliciosa ...muchas muchas ...gracias.
Los anfitriones
El eucalipto...símbolo de Frontilín
La báscula incrustada en el tronco. Lo que veis es real.
Pesebres y corrales
La reunión
Más grande
Los hombres y el suflé
El patio...cuantas charlas al calor y al fresco.
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