Andaba Manuel la tarde-noche del
jueves moviéndose de un lado para otro, como los claroscuros del momento, entre
nervioso y tranquilo estrechando manos y dando besos… “gracias por venir…”,
“¡¡holaaa… me alegro de verte!!”, “gracias por venir…”. El no parar de amigos y
familia le hacen ya percibir las primeras emociones que el intenta disimular
con ésa sonrisa inocente, como de quién da a entender que nunca rompió un
plato. Inocencia y humildad que junto con el trabajo siempre le acompañaron a
lo largo de su vida y que hoy aquí, a las puertas del Ayuntamiento del Padul,
nos traslada a todos en éste su día… su gran día paduleño.
Las palabras del Sr. Alcalde a
todos los presentes ya en el salón de plenos dando la bienvenida a toda la corporación municipal, a los
presentes y sobre todo a Manuel nos metió en harina de que el acontecimiento
era solemne e importante. Primeros aplausos y la entrega del reconocimiento en
un bonito cuadro fueron el preludio de las palabras de Manuel.
Ahora sí los nervios le pueden un
poco más, mira a su mujer que ya ha soltado alguna lágrima, nos mira a todos,
saluda a todos los concejales… y con la voz honda y seca comienza su discurso
que poco a poco nos va envolviendo a todos en la emoción que suponen los
bonitos recuerdos de otros años que todos vivimos, de lugares aún vivos, de
vivencias familiares de ayer , de hoy, de siempre… de maestros de otrora y de
los que hoy lo son, de personajes de siempre… de Gardel… de Machado… de
Federico… de Sancho… ¡¡de D. Quijote!!.
El acento “americano-madrileño-granaíno-paduleño”
delata sus años por otras tierras y a todos los presentes nos embauca en quince minutos de difícil olvido. “Gracias
Padul”… y el aplauso largo y fuerte, sentido por parte de todos, resonó en el
salón plenos estremeciendo las pinturas de D. Benito o el sillón del coro de la
Catedral de Toledo.
Multitud de abrazos, saludas y
felicitaciones junto con una copa de vino pusieron fin al acto ya en el patio
del Ayuntamiento de éste “Hijo predilecto del Padul”, todavía hoy y ya por poco,
profesor de la Bucknell University, profesor que será siempre y su maleta se
desborda con innumerables méritos académicos, culturales y profesionales que ha
ido acumulando a lo largo de su dilatada carrera por todos los lugares del
mundo. Son muchos y variados pero lo más importante, que indudablemente esto lo
es, es que hablamos de un paduleño humilde…trabajador y humilde, familiar y
amigo y es en la humildad donde mejor se mueve siendo por ello donde mejor se
le ve. Gracias y enhorabuena Manuel…como dice tu hermano… “soy muy feliz y orgulloso
de tener de hermano a Manuel Delgado”, los demás también de tenerte como amigo.
Tus chicos de la Bucknell que éste año han vuelto a Padul de tu mano y de
“Alicia”, de Fátima y de María José Lázaro y que esperan seguir
volviendo…¡¡¡qué tendrá El Padul!!!
también lo atestiguan con sus muestras de cariño.
Paduleño por siempre…Manuel.
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