martes, 4 de noviembre de 2014

Manuel Delgado..."Hijo predilecto de Padul"






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Andaba Manuel la tarde-noche del jueves moviéndose de un lado para otro, como los claroscuros del momento, entre nervioso y tranquilo estrechando manos y dando besos… “gracias por venir…”, “¡¡holaaa… me alegro de verte!!”, “gracias por venir…”. El no parar de amigos y familia le hacen ya percibir las primeras emociones que el intenta disimular con ésa sonrisa inocente, como de quién da a entender que nunca rompió un plato. Inocencia y humildad que junto con el trabajo siempre le acompañaron a lo largo de su vida y que hoy aquí, a las puertas del Ayuntamiento del Padul, nos traslada a todos en éste su día… su gran día paduleño.

Las palabras del Sr. Alcalde a todos los presentes ya en el salón de plenos dando la bienvenida a  toda la corporación municipal, a los presentes y sobre todo a Manuel nos metió en harina de que el acontecimiento era solemne e importante. Primeros aplausos y la entrega del reconocimiento en un bonito cuadro fueron el preludio de las palabras de Manuel.

Ahora sí los nervios le pueden un poco más, mira a su mujer que ya ha soltado alguna lágrima, nos mira a todos, saluda a todos los concejales… y con la voz honda y seca comienza su discurso que poco a poco nos va envolviendo a todos en la emoción que suponen los bonitos recuerdos de otros años que todos vivimos, de lugares aún vivos, de vivencias familiares de ayer , de hoy, de siempre… de maestros de otrora y de los que hoy lo son, de personajes de siempre… de Gardel… de Machado… de Federico… de Sancho… ¡¡de D. Quijote!!.

El acento “americano-madrileño-granaíno-paduleño” delata sus años por otras tierras y a todos los presentes nos embauca  en quince minutos de difícil olvido. “Gracias Padul”… y el aplauso largo y fuerte, sentido por parte de todos, resonó en el salón plenos estremeciendo las pinturas de D. Benito o el sillón del coro de la Catedral de Toledo.





Multitud de abrazos, saludas y felicitaciones junto con una copa de vino pusieron fin al acto ya en el patio del Ayuntamiento de éste “Hijo predilecto del Padul”, todavía hoy y ya por poco, profesor de la Bucknell University, profesor que será siempre y su maleta se desborda con innumerables méritos académicos, culturales y profesionales que ha ido acumulando a lo largo de su dilatada carrera por todos los lugares del mundo. Son muchos y variados pero lo más importante, que indudablemente esto lo es, es que hablamos de un paduleño humilde…trabajador y humilde, familiar y amigo y es en la humildad donde mejor se mueve siendo por ello donde mejor se le ve. Gracias y enhorabuena Manuel…como dice tu hermano… “soy muy feliz   y orgulloso de tener de hermano a Manuel Delgado”, los demás también de tenerte como amigo. Tus chicos de la Bucknell que éste año han vuelto a Padul de tu mano y de “Alicia”, de Fátima y de María José Lázaro y que esperan seguir volviendo…¡¡¡qué tendrá El Padul!!!  también lo atestiguan con sus muestras de cariño.
Paduleño por siempre…Manuel.


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HOJALDRE GIGANTE DE VERDURAS




Es un reto importante el que Diego Morales se ha impuesto este año para la Feria del Padul, nada más y nada menos que un hojaldre gigante de verduras para degustar por todos los paduleños y visitantes que se acerquen a la caseta municipal el viernes a mediodía.

Ilusión y ganas de hacerlo bien no faltan, colaboradores tampoco y así Catering Ibagar nos cede sus instalaciones para preparar la verdura en su punto justo de cocción, ingeniería San Isidro nos cede los ingredientes, panadería Elisabet prepara el hojaldre, el Ayuntamiento su inestimable colaboración en la infraestructura así como sus amigos cocineros de Granada, Toni, Brasero, Ayala y sus habituales de Padul, Gracia, Antonio José y Diego hijo. Muchas manos y mucha colaboración que siempre hace falta.

Los trescientos ochenta kilos de verdura de hacinan en “la lavadora” antes de ser picadas, kilos y kilos de tomates, berenjenas, calabacinos, ajos, cebollas, pimientos verdes y rojos de nuestro Valle que poco a poco se convierten en un pisto que va llenando los barreños antes de ser aliñados por toda clase de hierbas aromáticas. El buen saber de Diego conforma en su punto las bandejas que pasan al a cocerse como punto final en ésta fase. Traslado posterior al horno de Elisabet que prepara el hojaldre para cubrirlo y darle el remate final. Un poco menos de treinta metros se van extendiendo en la mañana del viernes en unos de los laterales de la caseta. Hierbas aromáticas lo decoran de punta a punta y los nervios al verlo en la mesa larga e inmensa desaparecen como por ensalmo. El alma retorna al cuerpo de Diego que ya por fin respira satisfecho. Sólo falta que todo el mundo responda a un trabajo bien hecho y que como broche final se recaude algo de dinero con el que ayudar un poco en el tratamiento de Lara que tan bien le viene.



Y sí… la cola de personas se acumula desde tiempo antes con gesto de sorpresa y admiración, se mide el hojaldre… 26,2 metros…ahí es nada, el alcalde, la pregonera Carmen, los patrocinadores, los colaboradores…todos se aprestan a saborearla. El éxito total… “pica un poco…”, “pero qué buena…”, “que bien sabe…”, “rica…rica…”. Las felicitaciones se acumulan y hasta Gregorio de Ibagar que al final vino a recibir su pequeño homenaje se sintió más que satisfecho.

El fin mereció la pena, el trabajo también, todos los asistentes y sus aplausos así lo corroboran y Diego…bueno pues Diego ya pensando en el año que viene… otra sorpresa.

Enhorabuena a todos y por supuesto para nosotros ha sido el hojaldre más grande del mundo con las verduras mejores del mundo y las personas… pues las mejores también. Los que dieron buena cuenta del hojaldre así lo contaron.