miércoles, 18 de septiembre de 2013

Padulhoracero....Septiembre

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                                         Cartel año 1992



No hace tantos años que  el mes de Septiembre era un mes muy especial, especial en todos los sentidos pues en él se aunaban, aún hoy ocurre así, una serie de elementos que lo hacían y hacen deseado,  con esperanza por unos y por los más con una combinación de sentimientos que al igual que el verano y el otoño que confluyen a su final, se  mezclan en un combinado meteorológico difícil de predecir y no por ello menos deseado.
Los agricultores ya han terminado las labores del estío en las eras y el grano  está  en los atrojes de  las cámaras y los pajares de las casas. Es hora de atender los maíces, el tabaco y la remolacha con la Vega  en un estado febril rebosando actividad por todos los lugares, desde la Fuente de Juan Sánchez hasta la del Malnombre, El Agia y Los Prados hasta Las Alberquillas. En los secanos también es tiempo de arar y preparar los terrenos para las siembras de finales de mes y comienzos de Octubre…y entre día y día la almendra que a los jóvenes nos da la oportunidad de ganar algún jornalillo y aliviar con ello las telarañas de las carteras, siempre faltas de pesetas al bolsillo y la vista puesta en la la Feria que se avecina. Todo ello sacando tiempo y poder estudiar alguna asignatura si quedó pendiente, preparar las matrículas, comenzar las clases los pequeños de la casa o el instituto los jovencitos con los desplazamientos que conlleva a Granada, a Churriana, o a Dúrcal hasta  hace… casi nada.
Las noches ya comienzan a refrescar y los paseos por los jardines de la estación con alguna Pepsi o un biter en “El California”, “El Oasis” o la Piscina siguen siendo el pan del espíritu de la tarde, las primeras palabras con las chicas, seguirlas pensando que no se dan cuenta y lo que hacían era llevarnos por donde quieren, las primeras miradas condescendientes, los primeros escarceos de los más lanzados, en fin  son las tardes de Septiembre más llevaderas  para los grandes por los trabajos en el campo y los jóvenes por ése poco de tiempo libre al anochecer aprovechado con fruición. No obstante todo ocurre muy despacio, con la lentitud de aquellos tiempos del tranvía y sus traqueteos  subiendo por La Romera hasta Otura, de los carros y los primeros tractores transportando y transportando,  donde el tráfico que entonces circulaba todo por la Av. de Andalucía de hoy, era bastante inferior al que ahora atiende las necesidades del pueblo, salvo los Domingos por la tarde y aquellas interminables colas de granadinos que volvían de las playas con sus faros iluminándolo todo desde la Cuesta de la Casilla hasta el Cortijo Roscas y La Paloma y como las mecánicas eran las mecánicas, hay que parar,  siendo así que más de uno quedó en El Padul y en el vecino Dúrcal producto de aquellas paradas atraído por nuestra gente. Y poco a poco, lentamente, muy despacio, van pasando los días y termina el verano dando paso al otoño y la Feria…La Feria Real de Ganado.
Los alrededores de la era de Los Alamos y toda la ribera de la acequia se van poblando de animales hasta la carretera llenando el ambiente de un sabor muy característico. Las voces de los gañanes, los regateos de los compradores, los primeros tratos, las “guías de los animales”, la guardia civil, los aguadores, todo un mundo que hace de las mañanas de Feria como antes decía, pues eso… características… El mamut no ha irrumpido todavía como animal principal de Feria aunque ya comienzan a barruntarse ciertas cosas por los entornos del Ojo Oscuro pero solamente, que si alguien ha visto uno, que si otro ha visto dos…leyendas…¿o no?.
El mediodía marca la hora de la cervecita o el vaso de vino en los chiringuitos que ya comienzan a montarse en “Los Jardinillos” o en los pollos asados con la vuelta de los del tiro al plato y las eras. Las tardes se llenan de fútbol en “las Viñas”, carreras de cintas y juegos de lo más variopinto para todas las edades y todos los gustos a lo largo y ancho del pueblo. Años más tarde…los Trianeros y sus “espichás” nos hacen recordar a ritmo de hoy un plato muy de ayer.
 Y llega la noche y con ella “la Caseta Oficial” que ha ido cambiando por distintos lugares, desde la pista del Borillo, El Bautista, los Pérez… todos lugares con el encanto de la multitud llenándolo todo,donde el vino da paso a los “cubatas”, donde las mesas y las sillas son un lugar preciado, donde los estilos de los grupos musicales van cambiando con el paso de los años haciéndose patente en cada escenario distinto, donde comienza a elegirse la “reina de las Fiestas”, donde se estrena ropa, donde se miran los columpias de ola y los primeros “autos de choque” con la mirada en unos bolsillos más que vacíos, donde el chocolate con churros sigue poniendo el punto final al trasiego… donde todo sigue igual…pasan los tiempos…que sea siempre igual…que todo cambie…que la Feria de Septiembre, la Real de Ganado, permanezca igual.






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