Acabamos de cruzar el puente que nos ha llevado del 2010 al 2011, ha sido con paso firme, con decisión, lluvioso, embarrado, y con alguna piedra en el camino. Unas piedras que nos han hecho comer las uvas de una forma y en un lugar un tanto especial, no por ello menos entrañable, pero que también han servido para pasar el año, creo que el tiempo no entiende de lugares ni lugareños, sólo de carreras, de minutos, horas de paso imperturbables ante las pequeñas y grandes contingencias.
Bueno está lo que bien acaba, aunque te asuste, aunque anules compromisos, aunque lo que te planteas como importante lo dejes pasar cual agua de lluvia y veas que son otras cosas las que te hacen reir y te hacen llorar, ahora piensas, después más, al final la piedra acaba bien y todo se puede retomar y es que nada es tan importante, todo es más efímero, más llevadero... cuando lo conseguimos llevar.
Ya estamos en 2011 y no pasa nada, hasta los Reyes han venido y han dejado un poco de carbón pero mucho más, para todos, incluida la piedra en la vesícula que se cruzó el día de Navidad, que nos ha tenido ocupados y ahora nos ha dejado en paz.
Para todos en este 2011 sin piedras en ningún camino.
Muy bonito! :)
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