sábado, 25 de octubre de 2014

III CENA-FIESTA SOLIDARIA



El próximo 29 de Noviembre a las 9 de la noche en el Centro Cultural tendrá lugar la tercera cena-fiesta solidaria pro-banco de alimentos de Padul.





 María José Lázaro y Diego Morales volverán a conseguir  llenar el Centro de solidaridad, cariño y ganas de pasar un rato en excelente compañía disfrutando unas horas a la vez que se logran los fines propuestos.

 Este año con novedades en la organización esperando mejorar un poco la climatización del local, en el menú con platos diferentes e innovadores y al final de la cena la actuación y baile con los "Diablos Negros".

   ¡¡¡¡HAY QUE RESERVAR¡¡¡
   ¡¡¡¡ AFORO LIMITADO¡¡¡
   ¡¡¡¡ES NECESARIO LA APORTACIÓN DE TODOS¡¡¡

¡¡¡¡ Gracias a PRECOCÍN por cedernos sus instalaciones¡¡¡
¡¡¡¡ Gracias a todos los colaboradores, camareros y camareras, cocineras y ayudantes de cocina, presentador, barman...a todos¡¡¡



¡¡¡ Gracias al Ayuntamiento y a toda la corporación por el apoyo tan importante¡¡¡
¡¡¡¡Gracias a todos los paduleños y visitantes...gracias a todos¡¡¡



Este año con J.C. Romero y los Diablos Negros.



                                    ¡¡¡ OS ESPERAMOS¡¡¡


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jueves, 16 de octubre de 2014

Paris

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No son las mejores vistas las que nos ofrece éste pequeño hotel asfixiado por los grandes edificios del siglo pasado que lo empequeñecen aún más, no obstante es un hotel agradable y lo es aún más por estar donde está. Cerca muy cerca de la Sorbona,  la Universidad centro en muchos momentos de la historia del poder, revolución y discusión política en Francia, historia pura de las leyes y las letras. A su lado el Phantéon, monumento de la nación a sus hombres más ilustres, genio y figura. Estamos en “le Quartier latin”, “el barrio latino”. A ciencia cierta que lo es, calles pequeñas que se mezclan con otras más anchas y modernas, iglesias antiguas, museos, edificaciones modernistas, calles como la Rue Mouffetard, para no perdérsela, andar muy despacio por ella disfrutando con todos los sentidos. Los puestos de frutas, verduras de todas clases y cachivaches de lo más variopinto se agolpan en un orden “cuasi” militar, dejando a veces solo un estrecho pasillo por el que poder caminar. Merece la pena tener un poco de paciencia y recorrerla poco a poco, el espectáculo de los comercios y tenderetes lo merece por su presentación exquisita y colorista.


No son las mejores vistas, no veo la más lejana Torre Eiffel ni la más cercana a tiro de piedra de Notre-Dame, los edificios no me dejan ver el bosque más todo a veces es importante y el hotel es cómodo y muy bien situado para poder ir andando a casi todos los sitios y hoy le toca al Barrio Latino. He partido de La Sorbona y quiero llegar al Museo  d’Orsay. Los jardines de Luxemburgo, San Sulpice, San Severin, San Germaine des-Pres, el Museo… Hemos salido del barrio latino para entrar en Montparnasse, barrio igual de bohemio en ésa atmósfera romántica que casi siempre está envuelta Paris. No todo es romántico, no todo es moderno ni barroco, ni clásico ni gótico ni súper contemporáneo , París es París y lo es casi todo. La mañana se va consumiendo  lentamente y a mí casi me apetece ahora volverme a los puestos de frutas y en alguno de los bares sentarme en una terraza y tomarnos una cerveza, el museo se verá por la tarde. No es mala idea, los franceses ya están reponiendo fuerzas, con un aperitivo me conformo por ahora, después si han cerrado buscaremos algo por ahí, siempre hay algo abierto. Al final el aperitivo no lo es tanto y comemos a la francesa, cambio de planes y cruzamos el Sena para ir a la “Ile de la Cité”. Notre Dame y la pequeña pero incomparable Saint Chapelle nos esperan. Restaurada y restaurada unas veces con más acierto que otras la imponente Notre Dame domina la plaza y el río, desde el Sena es una maravilla, aconsejo dar una vuelta a su alrededor.


Muy cerca la Saint Chapelle se nos muestra pequeñita y coqueta tras hacerte a la idea de que estás en una iglesia de dos plantas, extraño, oscura y claustrofóbica la baja a pie de calle y explosión de luz y color en la superior con las imponentes vidrieras que tocan el cielo, simplemente “flipar en colores”. Uno se sienta y…disfruta.

Tomar un café en una terraza mirando el Sena es sólo comparable con pasear por la noche en uno de los muchos barcos que lo recorren, los “Bateau-Mouche” desde la Torre Eiffel hasta Notre Dame. Cenar en uno de ellos…para sibaritas totales.

La luz de París iluminado es una sensación diferente y el otro lado del río, el París de Trocadero, de los Campos Elíseos… de Montmartre… parece como si en cualquier momento se te fuera a venir encima más es la Torre… la Torre Eiffel la que te da las mejores sorpresas. Plazas, enormes jardines, el Sena, los palacios… y allí aparece… grande, bella, enorme, cual nave espacial a punto de despegar y ahora de noche iluminando París. Quiero sacar fotos… miro…la luz…no sale bien…prefiero mirar y ver y volver a mirar… luego compramos una postal.


De vuelta al hotel los puentes que unen el Sena con el barrio a la luz de la luna y el brillo del agua se ven de otra forma, estamos en París…mañana tendré seguramente otras vistas…nuestro Valle está fuera de concurso, nuestra Laguna…nuestro verde…el blanco de la Sierra…sí…fuera de concurso.


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